La situación de “emergencia” en cuanto a la electricidad en Venezuela la decretó Hugo Chávez el 21 de diciembre de 2009 y la suspendió el 30 de noviembre de 2010.
Pero el 14 de mayo de 2011, luego de dos apagones nacionales, Chávez anunció un plan de racionamiento temporal. También reconoció que el sistema eléctrico continuaba enfrentando “debilidades en la generación” que no esperaban superar hasta finalizar ese año.
El problema energético se politizó. Además de la sequía, el gobierno culpó a sectores pudientes de la población y aseguró que derrochaban la energía eléctrica.
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La oposición, por su parte, responsabilizó al propio gobierno, acusándolo de no invertir en el mantenimiento y ampliación del sistema eléctrico nacional.
El presagio más oscuro de la electricidad en Venezuela
La posibilidad de que el embalse de Guri alcanzara el nivel crítico la asomó por primera vez Chávez, el 31 de enero de 2010. En ese momento aseguró que si las empresas no disminuían su consumo de electricidad “el 70 % del país quedaría sin servicio eléctrico”.
El 18 de marzo de ese año, el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, anunció que no habría un colapso eléctrico. Por el contrario, pensaban operar la central hidroeléctrica Simón Bolívar por debajo de la cota de seguridad. Aunque admitió: “con limitaciones”.
Para el 15 de abril de 2010, el embalse del Guri alcanzó los 8.79 metros encima del nivel de colapso. Sin embargo, al día siguiente aumentó un centímetro, el primer incremento reportado en meses.
El 23 de abril, el Ministro del Ambiente, Alejandro Hitcher, aseguró que el Guri alcanzaría un ritmo de crecimiento normal “dentro de 15 o 20 días”.
El evidente deterioro de la infraestructura
La Corporación Eléctrica Nacional reconoció a finales de 2008 que:
- Que el 79 % de las centrales termoeléctricas tenían más de 20 años de antigüedad.
- El 30 % registraban indisponibilidad por problemas técnicos.
- De las centrales que estaban funcionando, muchas no lo hacían a máxima capacidad: se generaban 3.800 MW, cuando la capacidad instalada era de 9.051 MW.
Antes de la sequía de entre 2009 y 2010, ya existía una disparidad entre la oferta y la demanda de energía eléctrica en Venezuela. Requerimiento que se incrementaba a un ritmo del 7 % anual desde el 2005, hasta esa fecha.
De acuerdo a cifras de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados, el gobierno de Chávez completó menos de la mitad de las inversiones en generación termoeléctrica planeadas en 2005. Alí Rodríguez negó la falta de inversión, aunque reconoció que existían retrasos en la ejecución de proyectos.