OVP: Preso que se lanzó por la ventana de un hospital prefirió suicidarse antes que volver al calabozo del CICPC en Lara

Como un verdadero infierno describen los presos sus estadías en los calabozos policiales de Venezuela, y para Julio Cesar Pineda Flores, de 47 años de edad, no era diferente

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El hombre que se lanzó por la ventana de un hospital para acabar con su vida lo hizo presuntamente para no volver a los calabozos del Cicpc en Lara.

Así lo relató un familiar de Julio César Pineda, de 47 años de edad, al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). Este hombre prefirió acabar con su vida antes de regresar a un centro de reclusión.

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Preso se lanzó por la ventana del hospital para no volver a los calabozos del Cicpc en Lara

La familia de Julio César relató al equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) que los tratos recibidos por parte de funcionarios y otros reclusos lo indujeron a quitarse la vida, porque no quería regresar.

Este suceso ocurrió a la 1.00 de la tarde del 2 de febrero en las instalaciones del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto, estado Lara. El privado de libertad, Julio César Pineda, se lanzó del 4to piso de dicho centro asistencial.

“Yo no me quiero morir en los calabozos, allá me van a matar. No me dejes regresar”, fue lo que conversó Julio César con sus familiares horas antes de tomar la fatídica decisión.

Pineda era un detenido del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) de la subdelegación de Carora, ubicado en el municipio Torres, de la región larense. Estaba privado de su libertad desde el mes de octubre del 2022.

Familiares debían pagar para que Julio César durmiera en el pasillo de los calabozos

Julio César era hipertenso y diabético insulinodependiente. Cuando fue detenido, lo evaluó un médico forense que supuestamente pidió a los familiares 300 dólares para darle un informe y así conseguir un arresto domiciliario. Como la familia no pagó, el informe fue negado.

El detenido, que también estaba imputado por un delito contra la mujer, no era aceptado en los calabozos por los reclusos. Cuando lo mantenían allí los otros presos lo obligaban a dormir en el baño y parado. Esta situación hacía que la presión arterial se elevara.

Los familiares del privado de libertad manifestaron que la solución que consiguieron los funcionarios del CICPC fue dejarlo en un pasillo. Esto no fue gratis, para mantenerlo allí los familiares debieron cancelar 200 dólares.

Por otra parte, también denunciaron al equipo de OVP que los funcionarios pidieron más dinero para mantenerlo en el pasillo de los calobozos del Cicpc en Lara.

En esta oportunidad el pago requerido era de 300 dólares, pero este dinero no lo pagaron, por lo que al detenido lo regresaron a los calabozos con al menos 17 presos más.

Julio César se sentía presionado pues le decían que volvería los calabozos

EL 16 de enero el recluso presentó un fuerte dolor en el pecho que se le extendía al brazo y la pierna, como producto de la tortura a la que lo sometían.

Desde ese día hasta el 31 de enero se mantuvo en el Hospital Pastor Oropeza de Carora, y mientras estaban allí los funcionarios le recalcaban “que lo de él era una mentira, que no tenía nada y que era psicológico. Además, le decían que lo iban a regresar al calabozo”.

Durante los días que estuvo en Barquisimeto sus seres queridos cuentan que quien lo cuidaba no paraba de decirle que lo iban a regresar a los calabozos y que no lo iban a sacar cuando empezara con sus “mentiras de dolores”.

Julio César se sentía muy triste y presionado, había dejado de comer y no estaba durmiendo, no hacía más que pensar en qué pasaría si regresaba a los calabozos.

El funcionario que lo cuidaba ese mismo día en la mañana le había dicho que tenía que regresar “porque los estaba haciendo gastar mucha plata y tiempo por cuidarlo allí”.

Preso se lanza del 4to piso de un hospital para no volver a los calabozos del Cicpc en Lara

En vista de la situación de que el privado de libertad no mejoraba y todos sus valores estaban empeorando. Esa mañana le fueron a hacer un cateterismo, pero el que tenían no servía y mandaron a comprar otro.

“Yo salí a comprar el catéter, cuando me fui el funcionario estaba allí y Julio estaba esposado, por eso me fui tranquila”.

“Cuando regresé no estaba el funcionario, lo vi que estaba acostado de lado mirando hacia la ventana, salí a conversar con el doctor que me estaba explicando su situación y escuché gritos”.

“Decían que se había caído, pensé que de la cama y cuando corrí se había lanzado por la ventana”, relató el familiar.

Asimismo, comentó que es responsabilidad del funcionario que no se encontraba en el lugar y que además le había quitado las esposas.

“No entiendo, tanto que yo le decía que le quitaran las esposas, aunque sea para comer y no lo hacían, siempre estuvo esposado en la cama”.

“Ese día casualmente se las quitó y se fue. Ellos con todo lo que le decían hicieron que se matara”, comentó el familiar a OVP en medio de su dolor.

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