Siete naciones decidieron unirse a la declaración conjunta firmada en Santo Domingo, que busca abordar la crisis electoral en Venezuela.
Este documento, originalmente suscrito por 22 países junto a la Unión Europea, recibió el respaldo adicional de Australia, Ucrania, Kosovo, Nueva Zelanda, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte y Georgia.
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La declaración de Santo Domingo, emitida el 16 de agosto, en medio de la toma de posesión del presidente Luis Abinader, exige transparencia y respuestas claras sobre los resultados de las elecciones presidenciales venezolanas del 28 de julio.
La adhesión de estas nuevas naciones subraya la creciente preocupación global sobre la situación en Venezuela y refuerza la presión internacional sobre el gobierno venezolano para que garantice un proceso electoral justo y transparente.
Estos siete países se unen a las demás naciones firmantes, entre ellas Argentina, Canadá, Chile, República Checa, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Italia, Marruecos, Países Bajos, Reino Unido, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Surinam, Uruguay y la Unión Europea.