Con amor y compromiso los “llamados a vestirse de blanco” juran su devoción a La Chinita: son 53 nuevos Servidores de María

El "Ejército Blanco" reitera que su trabajo va más allá de ser custodio de la patrona de los zulianos. También es atendiendo a la gente, a los enfermos, los necesitados y las personas que acuden diariamente a la Basílica

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Amor, convicción, alegría y paz son algunos de los sentimientos que describen los miembros de la Sociedad Religiosa Servidores de María ante la majestuosidad de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, conocida cariñosamente como La Chinita.

Como es costumbre, este 18 de octubre se llevará a cabo la juramentación de los nuevos integrantes de la sección adulta en la Basílica de la Virgen a partir de las 5.00 de la tarde.

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El amor de los Servidores de María hacia La Chinita

Un llamado de fe, así describen los miembros de la Sociedad Religiosa Servidores de María del grupo San Juan de Dios su devoción y pasión por servir a La Chinita.

“Desde pequeño visitaba la Basílica, veía el trabajo y el desempeño de los otros servidores y eso me agradaba. Fue entonces cuando sentí el llamado y me juramenté en el año 2017”, así lo recordó Rubén Darío Puche a El Vigilante.

La chinita

Asimismo, manifestó que su trabajo va más allá de ser custodio de la patrona de los zulianos. También es atendiendo a la gente, a los enfermos, los necesitados y las personas que acuden diariamente a la Basílica.

Por su parte, Junior Arrieta explicó que nuevas personas afirman su compromiso con Dios y La Chinita y otros renuevan el servicio este miércoles 18 de octubre.

La chinita

“Hoy se juramentan nuevos hermanos y también hay otros servidores de María que renuevan sus votos a María de Chiquinquirá”, indicó Arrieta.

Mientras, Francisco Colina le comentó a El Vigilante que este año cumple 10 años en esta sociedad inspirado en el amor y devoción que siente por la Virgen Morena.

“Siempre asistía a las procesiones, a las actividades religiosas y quería ser parte de la sociedad con toda la fuerza y con todo el amor”, contó Colina.

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Por último, Derekbell Urdaneta reveló que un 18 de noviembre acudió a la Procesión y sintió el llamado a “vestirse de blanco”. Agregó que lloró de emoción al tenerla frente a él y a su familia.

“Se siente una emoción muy grande sentir a la madre en los hombros. Esa madre que nos cuida y nos protege siempre”, concluyó Urdaneta.

La Chinita
Derekbell Urdaneta muestra su devoción a la Virgen Chiquinquirá. Foto: El Vigilante.

Los Servidores de María reiteraron que su compromiso es la devoción, el amor a Dios y a La Virgen Chiquinquirá y sin olvidar, al prójimo.

Ceremonia de juramentación de los Servidores de María

La Sociedad Religiosa Servidores de María nació el 6 de diciembre de 1901 con el párroco de la basílica de ese entonces, José María Soto. Él se reunió con un grupo de jóvenes para crear después de la Procesión de la Aurora, una congregación con la importante misión de llevar a la patrona de los zulianos sobre los hombros y pasearla por las calles aledañas a la iglesia.

Con el propósito de servir a Dios, a la Virgen y a los desamparados, cada 18 de septiembre se realiza la juramentación de los miembros infantiles, el grupo San José Sánchez de Río. Mientras que, los 18 de octubre la sección adulta, comprendida por los grupos San Andrés, San Antonio de Padua y San Juan de Dios, con una solemne Eucaristía para dar testimonio de su fe mariana.

A partir de las 4.30 de la tarde inició la ceremonia con el rezo del Santo Rosario y posteriormente, la Eucaristía presidida por el párroco-rector Presbítero Nedward Andrade. Al concluir la ceremonia, los Servidores de María llevarán la sagrada réplica de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá en procesión hasta el monumento.

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Amor, paz y alegría son las palabras que usan los Servidores de María para describir la majestuosidad de La Chinita. Foto: El Vigilante.

Luego de la juramentación, los hombres muestran su compromiso con Dios y La Chinita con el tradicional “Liquiliqui” de color blanco; un Kepis de color azul marino con las letras MRA, que significa “María eres mi madre y alma por siempre”; calzado blanco y una cobija blanca y celeste. A esto se le suma una medalla con la imagen de la Virgen.

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