Recién, su risa contagiosa y espontánea se fue a resonar al cielo. El cáncer le apagó la vida a Irama Medina de Ramis, pero no podrá borrar la jocosa huella que dejó en donde haya un maracucho, aunque su coterráneo no la conociera. Ella era “La Maracucha”.
Uno de sus chistes más conocidos y difundidos por las redes sociales comenzaba con: “Un coñito maracucho está acostado en una hamaca meciéndose y le dice a la mamá, mamá tráeme un poquito de agua fría…” y de inmediato carcajadas inspiraban la risa de quien la escuchaba.
Durante años, los cuentos subidos de tono de Irama circularon por las redes sociales sin revelar la misteriosa identidad de la humorista. Por el acento y las palabrotas se sabía que era marabina, pero nada más.
Hasta que su hijo la instó a abrirse una cuenta de Instagram y medio mundo pudo ponerle rostro a los chistes más maracuchos de la bolita del mundo.
Irama Medina del Zulia para el mundo
La aparición de su primer video fue el domingo 25 de marzo de 2018. El post causó tal revuelo en las redes sociales que, siete días después, la cuenta @irama.m pasó de unos cientos de seguidores a 18 mil.
Ahora, aunque Irama falleció el pasado 22 de abril de 2022 a los 67 años, la cuenta se llama @iramariete y tiene más 163 mil fanáticos.
Pero antes de contar su último chiste, “La Maracucha” pudo darse a conocer. La hacía feliz interactuar con sus fanáticos, responder a los comentarios y reírse de todo.
Antes de conocerla, hubo quienes apostaron a que era una señora gordita. “Seguro que es maestra”, “debe ser una jodedora”, “A esa le debe gustar beber que jode”, “Te apuesto a que es gaitera y trasnochadora”, fueron algunos de los comentarios.
¿Quién fue “La Maracucha”?
Irama Medina de Ramis nació en Maracaibo, pero tenía 18 años viviendo en Estados Unidos. Al consultarla sobre cómo surgió el primer audio con sus chistes, Irama respondió a través de una entrevista que le realizó un medio local.
“Mi esposo, mi hijo y yo tenemos años viviendo en Estados Unidos. Mi hijo tiene un grupo de WhatsApp donde están todos sus amigos del colegio en Maracaibo y familiares que están en otras partes del mundo. Un día se pusieron a contar chistes por mensaje de voz y todos se burlaron de mi hijo porque no sabía contarlos, entonces él me dijo “mamá, graba uno tu para enviárselo, para que vean cómo se cuenta un chiste”.
Buscamos un relato, lo grabé y él lo envió. Todos sus amigos comenzaron a pedir más y de inmediato el audio corrió por todos lados. Tanto así que una hora después me escribió una sobrina que está en Australia para decirme: “tía, estoy en una fiesta, acaban de poner un chiste y lo cuenta una señora que habla igualito a ti…”.
Irama preguntó “y de qué trata” y su sobrina le contó “de un carajito maracucho que le pide agua a la mamá”. Era ella.
Desde ese momento, la gente que conocía a Irama empezó a pedirle “envíame un chiste”. Ella los grababa y se los enviaba por mensaje de voz. Ellos se lo pasaban a sus amigos y se fueron regando.
Maracucha de pura cepa
Irama Medina nació en Maracaibo, detrás del cine Landia, en la 82 con la 9. Su mamá era sobrina de Jesús Lozano, “El Gaitero Mayor”, compositor de Felices Pascuas. La madre de Irama fue gaitera también. “Conocí a Gustavo Aguado, Argenis Carrullo y al fallecido Pedro Rossell, solía comentar.
“Mi padre fundó el negocio Repuestos Medina, que luego pasó a ser Frenos Medina. Ahí trabajé hasta que nos vinimos a Estados Unidos. Aquí me dediqué un tiempo a cuidar niños, aunque mi esposo dice que tengo años de vacaciones (risas)”.
La idea de grabar videos para las redes se la sugirió su hijo, quien es periodista. El mismo que la despidió en redes sociales luego de su fallecimiento. “No se pueden imaginar lo feliz que fue. Lo feliz que la hicieron todos. La llenaba tanto reírse, echar broma con todos ustedes. Presentaciones, entrevistas, llamadas, todo se lo disfruto al máximo”.
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