Las fantasías sexuales son eso. Algo imaginario que deseamos hacer y que nos produce excitación y placer. Ni es necesario hacerlas realidad, porque el gusto está en que podemos vivirlas una y otra vez en nuestra mente.
Todas las personas las tienen en algún momento de su vida. Están creadas y alimentadas en base a los gustos personales, la cultura que nos rodea y las experiencias que vamos teniendo, según CuerpoMente.
Van desde pequeños destellos mentales a largas narrativas, vinculadas con el amor, con la sensualidad o con la sexualidad explícita. Lo mejor es que la fantasía puede ayudarnos a despertar el deseo y avivar la pasión.
¿Qué son las fantasías sexuales?
Una fantasía sexual es una representación imaginaria que no se somete a ninguna censura. Es todo acto imaginario que recrea escenarios eróticos que despiertan la excitación en la persona, según reseña por su parte El Universo.
Con solo dejar volar la imaginación se viven situaciones estimulantes. Sin filtros, moral o censura. Son contenidos mentales íntimos y personales.
No todas las fantasías sexuales están llamadas a realizarse. Con frecuencia, se fantasea con escenarios imposibles de recrear en la realidad o que no desearíamos experimentar, explica CuidatePlus.
Tipos de fantasías sexuales más recurrentes
Puede haber tantas fantasías sexuales como personas en el mundo. Sin embargo, hay algunas temáticas que se repiten con mayor frecuencia:
- Recordar experiencias sexuales pasadas, vividas con la pareja o con anteriores compañeros sexuales.
- Imaginar tener sexo con alguien diferente a la pareja, ya sea una persona conocida o una celebridad.
- Practicar sexo en público, en lugares prohibidos o poco usuales.
- Ver o ser visto teniendo relaciones sexuales.
- Participar en tríos o intercambios de pareja.
- Fantasías relacionadas con las relaciones de dominación y sumisión, con o sin componente sadomasoquista.
¿Qué más debes saber sobre las fantasías sexuales?
No son peligrosas ni están prohibidas
Tener fantasías sexuales es totalmente natural, incluso cuando se está en pareja. No constituyen una perversión ni son signo de ninguna patología o adicción al sexo.
Incentivan el deseo sexual y amplifican el disfrute
Fantasear con escenarios estimulantes ayuda a despertar el deseo sexual, tanto en solitario como en pareja. Las fantasías ayudan a descubrir nuestros gustos y preferencias, a salir de la rutina y a experimentar libremente nuestra sexualidad.
Es normal y no implica una infidelidad
En las fantasías sexuales se plasman aspectos que tendemos a reprimir porque nos avergüenzan. Así, muchas personas prefieren mantener en privado.
No tenemos por qué compartirlas con nuestra pareja. Sin embargo, hacerlo puede servir para reavivar la pasión y probar nuevas prácticas que tal vez aumenten el disfrute mutuo.
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